La democracia electoral, competitiva no lleva sino 32 años en la historia del Paraguay. Las primeras, fueron elecciones municipales. En realidad era la primera vez que las vecinas y vecinos, la ciudadanía local, de pueblos y ciudades, tenía la posibilidad de elegir a su intendente municipal. Tres meses después de la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner, el 1 de mayo de 1989, hubo elecciones, pero, aunque se presentaron candidatos de gran trayectoria democrática, además del general Andrés Rodríguez, fue éste quien se convirtió en Presidente Constitucional del Paraguay, cargo que ejerció a partir del golpe que lideró y liberó al Paraguay de la dictadura de Stroessner. Estas fueron las últimas elecciones en las cuales se usó la ley electoral de la dictadura, según la cual, en cada cámara del legislativo, el partido que ganase la simple mayoría lleva 2/3 de los escaños. Sin embargo, el Congreso de la transición, como es conocido el que fue electo el 1 de mayo del 89 y pese a la norma de mayoría con prima, sancionó leyes como la 1/89 que ratificó la Convención Americana sobre Derechos Humanos y abrió el camino para la integración del país a los sistemas de DD.HH., la Ley 1 de 1990 fue una ley democrática, según la cual se incorpora el sistema D’Hont para la repartición de escaños, e incluso, estipulaba la segunda vuelta para las elecciones presidenciales si ningún candidato/a hubiese superado el 50% de los votos. Hubo dos elecciones con esta ley, las municipales de mayo 1991 y la elección a convencionales constituyentes realizada en diciembre de ese mismo año.