Encuentro Feminista del Paraguay 2013. Foto: Luis Vera

Cinco años: Mucho, demasiado… pero no todo

Recordando a la compañera feminista Carolina Roa y a su hijita Mara Soledad, que murieron en el Ycuá Bolaños el 1 de agosto de 2004, y a todas las personas que han sufrido esta tragedia.

Ycuá Bolaños, 1 de agosto de 2004, Trinidad, 400 muertos, víctimas y sobrevivientes sin números precisos… el horror más impensado. Eso no se olvida.

El Paraguay espera expectante la llegada de la fecha de conmemoración de la tragedia, cinco años de un largo via crucis cuya llegada podría ser, una vez más, el punto muerto de la injusticia. Quizás no baste tanto espanto para cambiar los hilos que cual marionetas nos conducen a este lugar de desazón, frustración y furia. Tal vez sea necesario repensar y repensarnos en todo, desde el dolor pero sobrevolándolo, para mirar desde más arriba nuestros propios procesos como sociedad.

No sé qué pasará mañana, cuando ya sepamos qué pasa con la Corte y su esperada palabra. No sé qué dirá la Corte, pero quizás hemos llegado a un punto en que ya sabemos que nada de lo que diga o de lo que calle será suficiente. Y es que la justicia se le escapó hace rato al sistema de administración judicial en el Paraguay. Me imagino a la justicia como un punto donde no sólo importa lo que diga un juez o un trío de jueces, ni una corte entera… Es un punto donde quizás debamos colocar en sus debidos lugares al castigo, a la memoria, a la reparación, a la prevención, a leyes y normas más justas, a procesos justos, a preguntas y repreguntas sobre todo lo que una sociedad debe buscar y hacer para repararse luego de una tamaña tragedia. No hemos podido trabajar e integrar todos estos elementos para dar cuerpo tangible a un proceso de justicia real; es una deuda que tenemos todas y todos con nuestra sociedad como conjunto. Debemos encontrar los hilos que trenzan en una misma madeja a ya demasiados casos de impunidad judicial, política y social (1).

Y es aquí donde ya no sólo podemos esperar a lo que dirá la Corte mañana, y se nos presenta el imperativo de prepararnos sobre todo para lo que no podrá abordar, diga lo que diga, y para preguntarnos desde los diversos espacios acerca de todo lo que podríamos hacer y aún no hemos hecho. Cinco años nunca será el fin… diga lo que diga la Corte. Es un hito más en este ya largo camino, alentado por la memoria de las víctimas y por la lucha incansable de quienes han sobrevivido.

 


1 Y aquí no puedo menos que recordar al caso del Marzo Paraguayo, así como a tantas víctimas de la dictadura que no han encontrado justicia.


Fuente: Cinco años: Mucho, demasiado… pero no todo