Encuentro Feminista del Paraguay 2013. Foto: Luis Vera

“La disparidad de género inicia mucho antes que la falta de representatividad política”

Camila Magalí Arcondo cursa el tercer año de la media. Escribe poesías y cuentos. Fue vicepresidenta del Centro de Estudiantes del Colegio Técnico Javier.  Sus escritos fueron publicados ya en una antologìa de poesía y en otra de cuentos.  Acaba de cumplir 18.  Este miércoles, hizo una presentación sobre Paridad de Género en el Instituto Superior de Estudios Humanísticos y Filosóficos, ISEHF.

En el auditorio, estaban en su mayoría varones. Camila les mostró las fotos de filósofas y les preguntó si las conocía: casi nadie conocía a Simone de Beauvoir, Rosa Luxemburgo ni sabían de Hypatia de Alejandría. Fue en el marco de la Semana de Filosofía y Cultura con el slogan “Atrévete a pensar”.

“Hablar sobre paridad de género nunca es fácil. Menos en un país donde la noción de meritocracia predomina por sobre la noción de equidad. Concepto que en su praxis misma está tan errado, sabiendo que no es posible comprobar la meritocracia sin igualdad de condiciones. Tuve la grandiosa oportunidad de hablar sobre paridad de género, y el resultado, como toda nuestra coyuntura, fue matizado. Abordé la temática desde el hecho de que los alumnos no cuentan con programas de estudio de género, o política desde la perspectiva femenina. Comprobé dicho hecho, mostrándoles en un powerpoint diferentes fotografías de filósofas emblemáticas. Desde Simone de Beauviour, Rosa Luxemburgo hasta Hypatia de Alejandría. Ninguna fue reconocida”, dice Camila.

“Y cuando les nombraba quiénes eran, no sabían qué pensamientos habían postulado estas mujeres. Pero, el experimento no terminó allí. Luego de eso, empecé a mostrar fotografías de filósofos varones. Y no sólo reconocían sus rostros, sino que también me citaban muy alevosamente frases célebres de aquellos filósofos. Me comentaron, que no estudiaban a filósofa alguna. Admitiendo la certeza del pequeño ejercicio que se me ocurrió. Y es ahí donde concluí que la disparidad de género inicia mucho antes que la falta de representatividad política. Inicia desde la invisibilización misma de nuestros avances teóricos con perspectiva de género, ya que, se nos es permitido estudiar, pero no opinar, ni liderar. Mucho menos promover pensamientos desde nuestra mirada, que puedan sensibilizar sectores inconvenientes para el patriarcado”, dice Arcondo.

“Reflexionamos esto como una estrategia cobarde del machismo. Estrategia que, relega a la mujer a la vida privada y  sostiene en sus estructuras, una idea de que las mujeres no filosofamos, no teorizamos ni publicamos. Y que somos solamente reproductoras y educadoras de “las grandes ideas de los hombres””, concluye.