“Es fundamental que las leyes no solamente contengan medidas jurídicas de sanción, sino también incluyan acciones de educación, concientización y campañas de sensibilización y prevención. Deben establecer los mecanismos de protección a las mujeres y acceso a la justicia. Asimismo, contribuir a la transformación cultural, social y, luchar contra actitudes y estereotipos discriminatorios y abordar conocimientos e investigaciones para apoyar el diseño y desarrollo de políticas públicas.
Finalmente, en el marco de los derechos humanos, los Estados y las leyes deben asegurar el derecho a vivir una vida libre de violencia. Sin estas medidas necesarias los Estados pueden ser omisos ante la ley” (Memorias, Exposición en el 14º Encuentro Feminista Latinoamericano y el Caribe, EFLAC, Montevideo, 23 al 25 de noviembre de 2017).