María Benítez es de la comunidad Syracua, del Pueblo Guaraní Ñandeva. Hace una semana, María salió de su comunidad, Syracua, departamento de Boquerón, en el corazón del Chaco Latinoamericano, en la frontera de Paraguay con Bolivia.
Tardó exactamente una semana para llegar a Filadelfia (Paraguay), con polvo, lluvia y frío. Le habían invitado a este encuentro y le dijeron que vendrían autoridades y otras mujeres indígenas de Bolivia, Argentina, Brasil y Paraguay. Ella tenía una opresión y necesitaba hablar. Hoy tomó el micrófono y con su voz rota, se paró y habló para todas las personas presentes. Contó que su comunidad quedó rodeada por la alambrada de empresas agroganaderas, por lo que la gente de su pueblo no puede más salir. Que los bosques, donde hace unos pocos meses buscaban su comida: plantas, miel, frutos, ahora no pueden ingresar más. Los señores empresarios pusieron carteles para prohibirnos la entrada y la salida, “no podemos ir al bosque ni salir hacia la ruta. Estamos desesperados”, dijo en guaraní. María también contó que cuando alguien se enferma en la comunidad, se quedan encerrados y deben elegir entre correr el riesgo de cruzar las tierras prohibidas o morir sin asistencia médica.
Los empresarios, que supuestamente van para contribuir al desarrollo del territorio, alambran y les impiden acceder a sus fuentes de alimentación.
¿De qué modelo de desarrollo hablamos cuando hablamos de desarrollo en Paraguay ?
Esta es la pregunta que María contesta con su historia y la historia de su comunidad indígena Syracua en el “Encuentro Transfronterizo de Mujeres Indígenas del Chaco Americano” que tiene lugar este viernes 07 y sábado 08 en la ciudad de Filadelfia, Chaco paraguayo.
El encuentro es organizado por Mujeres Indígenas del Paraguay (MIPY). Como co-organizadores están el Centro de Documentación y Estudios (CDE) y Articulación Feminista Marcosur, con el apoyo de la Unión Europea y el Fondo de Igualdad de Género de ONU Mujeres. El evento además tiene el apoyo Oxfam, ONU Mujeres Paraguay y ONU Mujeres Bolivia.