Cada 24 de febrero, se celebra el “Día de la Mujer Paraguaya” en conmemoración de la “Primera Asamblea de Mujeres Americanas” realizada en el año 1867 en la Plaza de Mayo. Se trata de una asamblea en donde las mujeres decidieron contribuir con la causa paraguaya mediante la donación de joyas y alhajas para financiar la Guerra Contra la Triple Alianza. El 24 de febrero es un día para resignificar el rol de la mujer en la historia de la construcción de la nación paraguaya, pero también es un día para reflexionar si lo que queremos son los discuros o nuestros derechos.
El rubro que más mujeres emplea en el Paraguay es el Trabajo doméstico remunerado: 220.000 mujeres se dedican al Trabajo Doméstico, un trabajo que por ley solo puede acceder al 60% del salario mínimo legal, según el documento “Trabajo Doméstico Remunerado en Paraguay” publicado por el Centro de Documentación y Estudios (CDE). Las mujeres que acceden a otros empleos sin esta discriminación legal en cuanto a salario mínimo, no dejan de ser discriminadas a la hora de asignar salarios: ganan el 30% menos que los hombres. En cuanto a la participación política, la mujeres tienen escasas posibilidades de ser electas por lo que urge una Ley de Paridad Democrática que obligue a una representación real de las mujeres. En cuanto a la violencia de género, los números son alarmantes.
Lilian Soto, feminista, escribió en su perfil de redes sociales en referencia a la celebración del Día de la Mujer Paraguaya, como “un día en el que escucharemos a cuanto hipócrita hay, llenarse la boca con sus supuestos homenajes a las mujeres paraguayas, el único que debiéramos aplaudir es aquél que exprese un compromiso serio de acciones para que cese la violencia de género en Paraguay. Acciones que críen niñas y mujeres rebeldes, empoderadas, autónomas, diciendo basta a cuentos ridículos de amores que lo soportan todo, y hombres cuyas masculinidades pasen por la ternura, la corresponsabilidad, el compañerismo y no por la prepotencia en que se basa el machismo criminal que enorgullece a tantos brutos. Y eso se enseña y se propicia, desde los ámbitos de creación del pensamiento, y desde las políticas públicas adecuadas”. A los hipócritas recomendó “Paren con los discursos, ¡accionen!”
Soto refirió a los casos de violencia contra la mujer que se dieron a conocer en los medios en los dos primeros meses y que acumulan: 5 casos de feminicidio y 16 de otras formas de violencia. En las otras formas de violencia dadas a conocer en los medios de comunicación y recogidos por Informativo Mujer figuran como victimarios dos diputados: Uno colorado, Alsimio Casco, que golpeó a una mujer en un evento público y un liberal, Antonio Buzarquis, que negó la identidad a su propio hijo y acusó a la madre de su hijo por “extorsión” por exigirle el derecho de identidad y la manuntención de su hijo.
Por su parte, Myrian González, del Área Mujer del Centro de Documentación y Estudios, reflexionó en la página “Mujeres libres de violencia” sobre la necesidad de un Registro Único de Violencia basada en Género. “En una reciente entrevista televisiva, la reportera me preguntó por qué en los primeros meses del año hay más feminicidio y abusos sexuales. (…) no podría afirmar ni negar ya que al no haber un registro único de nivel nacional no es posible inferir semejante conclusión. Pero creo que más bien se denuncian más casos, o mejor dicho, se publican más denuncias por falta de otro tipo de información ‘vendible’. Pero sí me animo a afirmar que los abusos sexuales, embarazos forzados de niñas y adolescentes y feminicidios ocurren cotidianamente, y que la mayoría no son siquiera denunciados. Quedan en el oparei”, explica la investigadora.
“Es urgente que las instituciones estatales pongan en marcha el famoso RUVIG, Registro Único de Violencia basada en Género, y que en escuelas y colegios incorporen efectivamente la educación sexual integral desde los primeros años de formación y una materia específica sobre el derecho a vivir una vida libre de violencia contra mujeres, niñas y niños y sobre la violencia de género. A mayor información, menos vulneración y violación de derechos básicos”, expuso Myrian González Vera.
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