El campo de la sexualidad humana es tan complejo que es muy difícil transfor-marse en alguien con la suficiente experticia en el tema, y más en este tiempo en que si hay algo que sobra en ese terreno (y en muchos otros en los que como docentes nos movemos) es la información. Sabemos hoy que cada minuto que transcurre, los 2.700 millones de personas con acceso a Internet que se calcula que hay actualmente en el mundo envían más de 200 millones de correos electrónicos, realizan 2 millones de consultas a Google, suben 48 horas de vídeo a YouTube, escriben más de 100.000 mensajes en Twitter, publican casi 30.000 nuevos artículos en sitios como Tumblr o WordPress y suben más de 6.000 fotografías a Instagram y Flickr. Por tanto infor-mación sobra, pero el problema es cómo procesarla y esto es clave en el tema de la sexualidad humana.Desde esta perspectiva, este serie de Guías para el Docente sobre Educación Integral de la Sexualidad, elaboradas desde el Servicio Paz y Justicia Paraguay, se propone ofrecer un marco –tanto conceptual como de actividades– dentro del cual trabajar el tema de la sexualidad en el aula, desde el nivel inicial hasta la educación para adultos, ajustándose a los contenidos curriculares propuestos por el Ministerio de Educación y Ciencias.¿Qué significa ‘integral’ en estas Guías? Consideramos importante aclarar el sentido de esta palabra porque puede significar demasiadas cosas que en ocasiones, dada su amplitud, puede perderse la idea. Integral aquí es equivalente a ubicarse en el enfoque de derechos. Recordemos que conforme al artículo 14 del Código de la Niñez y la Adolescencia, y sobre el derecho a la salud sexual y reproductiva, “el Estado, con la activa participación de la sociedad, y especialmente la de los padres y familiares, garantizará servicios y programas de salud y educación sexual integral del niño y del adolescente, que tiene derecho a ser informado y educado de acuerdo con su desarrollo, a su cultura y valores familiares”. Y este artículo se debe asociar con el principio de reconocimiento de la dignidad humana como fundamento de nuestro orden democrático.Educación Integral de la Sexualidad, entonces, como derecho del niño, de la niña y del adolescente teniendo como fundamento el principio de la dignidad humana. Tengamos en cuenta también que cuando se difundió la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el consenso entre todas las personas que la elaboraron fue que: TODOS LOS SERES HUMANOS SON PERSONAS Y POR ELLO SON DIGNAS, que básicamente quiere decir que todas las personas son sujetos de derechos.En estas Guías la propuesta, en base al postulado anterior, es anudar la sexuali-dad con el principio de dignidad humana y eso nos lleva como docentes a trabajar los contenidos a partir de lo que el niño, la niña o el adolescente se preguntan, desde aquello que los inquietan con relación al tema. La idea es que las activida-des planteadas funcionen más como puentes para encontrarnos con los universos de nuestros estudiantes y que esos encuentros sean los espacios y momentos en que puedan surgir las preguntas que nos permitirán trabajar los contenidos. Es posible que nuestros estudiantes nos planteen otro orden del que está sugerido en las Guías, y eso servirá para que cada docente trabaje, al mismo tiempo, su propia manera de usar las Guías y que luego pueda compartir sus experiencias con otros docentes.Hoy nuestros celulares pueden saber desde la velocidad en que caminamos, pasando por nuestro estado de salud hasta los lugares que solemos frecuentar. Pero el singular aprendizaje-descubrimiento que cada niño, niña y adolescente deberá realizar para saber y reconocer que el otro es también un ser vivo, una persona y que nuestras acciones y palabras producen en el otro algo, sigue siendo una tarea en la que el papel del docente y de todo adulto significativo sigue siendo insustituible. Es por ello que estas Guías para una Educación Integral de la Se-xualidad también las podemos tomar a modo de una caja de herramientas para trabajar algo que se conoce como la construcción del sujeto ético. Precisamente la sexualidad humana es uno de los territorios fundantes donde esa construcción sucede y es por ello que la manera en que como docentes ocupemos nuestro rol puede dejar una marca que humanice el porvenir de nuestros estudiantes al des-cubrirse siendo personas dignas, a la vez que descubre que los otros poseen el mismo estatuto.