En Paraguay, existen más de 240 mil personas en el trabajo doméstico remunerado (DGEEC, 2018), pero pocas están sindicalizadas. En su análisis sobre la lucha de las trabajadoras domésticas en Paraguay, la investigadora Line Bareiro afirma que la discriminación al sector –antes del activismo de las organizaciones de trabajadoras– era aceptada por toda la sociedad, incluyendo a quienes defendían los derechos de los y las trabajadoras. Se firmaban convenios importantes que decían: “esto rige para todos, menos para las trabajadoras del servicio doméstico”. Esto se demostró perfectamente en los trabajos de [Hugo] Valiente. Cuando se reconoció la jornada de ocho horas, no se incluyó a las trabajadoras del servicio doméstico. Cuando se hablaba de pagar horas extras se las excluía también, pero eso era aceptado por el sindicalismo. No era una maldad del Estado.
En más de una década de activismo diario, en el largo camino recorrido por el Sindicato de Trabajadoras del Servicio Doméstico del Paraguay (Sintradespy) se incluyen compañeras que iniciaron y continúan hasta hoy en la organización, otras que aportaron mucho pero ya no están porque migraron o porque consiguieron mejores trabajos; también están algunas ya fallecidas, como María Estela Colmán, una de las fundadoras.
Este material recoge las voces de las integrantes del sindicato, que narran su historia, sus estrategias y sus logros, buscando que quienes las sigan, y el público en general, las conozcan y sepan de sus esfuerzos y sus luchas para lograr la igualdad de derechos de las trabajadoras domésticas del Paraguay