Encuentro Feminista del Paraguay 2013. Foto: Luis Vera

El feminismo y la paridad: ¿Qué implica que las mujeres tengan acceso al poder?

 

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¿Hasta dónde la Ley de Paridad asegura que las mujeres que llegan al poder representarán los intereses de todas las mujeres?  ¿Cuáles son las experiencias de otros países?  Estas fueron las preguntas principales de las participantes del panel  “La paridad desde el feminismo: más allá de los números” que tuvo lugar este sábado en Encarnación en el marco del 6to. Encuentro Feminista del Paraguay.

Line Bareiro, investigadora paraguaya y ex integrante del Comité CEDAW; Rosario Ricaldi, responsable de incidencia de la Coordinadora Mujer de Bolivia; Valeria Rubino, política feminista y de izquierda de Uruguay y Carolina Taborga, representante de ONU Mujeres en Paraguay compartieron sobre algunos temas como: Aspectos conceptuales y teóricos relativos a la paridad; vinculación entre la presencia del poder político de mujeres con conciencia de género y el abordaje en las políticas públicas de los principales problemas relacionados con el sistema de dominación patriarcal; y  el rol de las mujeres en espacios de poder político y social para el desarrollo de una agenda feminista. La discusión fue moderada por Lilian Soto. La organización estuvo a cargo del Centro de Documentación y Estudios (CDE), ONU Mujeres, Unión Europea y Articulación Feminista del Mercosur.

 

Line Bareiro refirió a la participación política de la mujer en la región y valoró especialmente el aporte del movimiento de mujeres en Bolivia. “Estamos en el tope de la participación mundial como región, pero el tope de participación femenina es del 27,6 por ciento en toda la región. ¿Qué países dan  la sorpresa primero acá? Dos países andinos: Ecuador y Bolivia, que ponen en sus constituciones  la paridad, la idea del equilibrio que se captaba mejor que el de las cuotas. Se entendía mejor que la mitad de la población tenía que estar representada. En Bolivia inventaron algo que ellas ni se imaginaron que se llamó paridad horizontal. La paridad siempre era un hombre y una mujer, un hombre y luego una mujer; pero en la paridad horizontal, la mitad de las listas tienen que estar encabezadas por mujeres y la mitad por hombres. Hicieron un hito en la historia de las leyes electorales” , explicó.

Valeria Rubino , de Uruguay, dijo que salir a debatir el acceso de las mujeres al poder no hace daño y trae ganancia, porque se lleva la discusión a la casa, a la escuela. En ese sentido expresó que una ley de paridad no garantizará que haya parlamento sensible que trabaje en una agenda inclusiva de todas las mujeres o todas las identidades, pero valoró el hecho de que mediante la discusión de la paridad se esté cuestionando el rol establecido para las mujeres.  “El mero hecho que nosotros estemos colocando este debate, desnaturaliza lo establecido, porque de eso se trata”, dijo.

Rosario Ricaldi, de Bolivia expuso que la paridad cuestiona al sistema patriarcal. “Nada nos regalan a  las mujeres, todo lo tenemos que pelear y pelear mucho. En Bolivia nos funcionó una estrategia de tres etapas que básicamente se resume en : 1- articulación; 2- propuesta y 3- incidencia”. En ese sentido dijo que sin movilización será imposible lograr cualquier avance en torno a los derechos de las mujeres.

Ricaldi expuso que la experiencia boliviana ha tenido un largo proceso: primero,  lucharon por el voto de las mujeres, logrando incluir que en 1956 el voto de las mujeres; en el año 1997, este país incorporó ley de cuotas, que planteó una serie de debates y lobby de movilización, pero a la hora de aplicar –explicó- las mujeres electas terminaban cediendo sus espacios a sus suplentes varones.  Ricaldi explicó que en el momento en el que surge el debate sobre la paridad, en Bolivia vivían un proceso de por un lado, un gran movimiento campesino e indígena pero de gran rechazo a las propuestas que venían de organizaciones no gubernamentales (ongs) y como esta propuesta venía de una red de oenegés, tuvo sus adversidades al inicio. Sin embargo, Bolivia ha logrado tener el 51 de mujeres en la representación parlamentaria en la cámara de diputados; en la cámara de senadores, del 4% ha logrado alcanzar que el 4% sean mujeres. “La paridad ataca el núcleo del poder, y ellos no van a dejar el poder así simplemente, pero estoy segura que vamos a avanzar”, expuso.

Carolina Taborga citó un estudio de ONU Mujeres y expuso sobre la discusión de la paridad en la región. “En toda la región hay cuatro momentos: 1-Desde 1929-1961 las mujeres luchan por el acceso al derecho; 2- 1962-1990 momento de estancamiento y retrocesos en varios de los países; 3-entre 1991-2011 las discusiones giran en torno a las leyes de cuota; 4-desde el 2010 en la región se comienza a hablar de paridad. Las mujeres empiezan a decir,  ya no queremos cuotas con medidas positivas, queremos la paridad democrática entendida como igualdad sustantiva en la representación en todos los ámbitos del poder”, explicó.

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Cuatro puntos que comparten el feminismo y democracia paritaria.

Carolina Taborga,  de ONU mujeres respondió a la pregunta de cómo se vincula el feminismo y la democracia paritaria en los siguientes cuatro puntos:

1-El feminismo ha cuestionado siempre las relaciones de poder patriarcal; la democracia paritaria también

2-El feminismo cuestiona los roles históricamente asignados para las mujeres y hombres; la democracia paritaria considera que tiene que haber transformaciones en términos de lo que tienen que ser los cuidados como una responsabilidad de todos.

3-El feminismo cuestiona la violencia y la democracia paritaria también cuestiona la violencia como la forma patriarcal  en la cual se castiga a las mujeres. Muchas veces, en estructuras patriarcales – como por ejemplo Bolivia- cuando las mujeres acceden a posición de poder, existe una  violencia contra ellas.

4-El feminismo plantea la diversidad y la democracia paritaria  en Bolivia ha logrado una multiculturalidad en las representaciones: mujeres indígenas, mujeres campesinas, etc.