Encuentro Feminista del Paraguay 2013. Foto: Luis Vera

Madres presas o el fracaso de las instituciones para proteger a las niñas en el país de las mujeres más gloriosas

Foto: Luis Vera

Foto: Luis Vera

En Paraguay se celebra el día del niño cada 16 de agosto en recordación de la Batalla de Acosta Ñu de 1869, una de las últimas batallas de la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870).  Los revisionistas de la historia reconocen a las mujeres como las reconstructoras después de una guerra que aniquiló gran parte de la población e incluso mandó a la guerra a sus niños.

147 años después de la batalla que se rememorará este año el 16 de agosto, los niños y las niñas aún no tienen protección en el Paraguay: la pobreza, los casos de abusos sexuales, los casos de niñas obligadas a parir después de haber sido abusadas, proponen reflexionar sobre las instituciones que la sociedad ha construido a lo largo del tiempo.  Previa al día del niño se dieron a conocer dos casos en los medios de comunicación: 1-Capiatá: unas cinco niñas cuyos padres salen a trabajar de noche y las dejan abandonadas y con hambre. La respuesta de las instituciones: cárcel para los padres. 2- Ñemby: Cinco niños en estado de desnutrición. La fiscal María José Pérez, de San Antonio,  presentó una medida por violación del deber de cuidado y abandono contra una madre. La jueza Cristina Aquino dispuso orden de captura  como medida de urgencia.

¿Medidas de protección para que los niños y las niñas puedan vivir con sus padres sin exponerse a riesgos? ¿Tekoporâ? En uno de los casos se deja entrever que una de las familias fue beneficiada para vivir en una de las casas construidas por SENAVITAD, sin embargo, surge la pregunta: ¿una casa es suficiente cuando lo que se necesita es el alimento de todos los días?

En el caso de la madre de 20 años, “haciendo números nos podemos dar cuenta de que ella misma fue una niña al dar a luz a sus primeros hijos”, escribió en su cuenta de redes sociales  María José Rivas, una activista por los derechos de las mujeres.

“Un Estado negligente que no ofrece educación de calidad que dé herramientas para planificar y decidir si una quiere tener hijos o no… Un Estado en el que si tenés hijos te las tenés que arreglar vos, sin ayuda, sin garantías educativas o laborales… porque en este Estado pro-vida el feto es protegido por el Estado, pero los niños y sus familias que se vean, porque salir a trabajar en un país donde no hay guarderías accesibles es imposible, y ni hablemos si una es empleada doméstica. Un Estado negligente que no garantiza lo básico para los pequeños más vulnerables, y no da herramientas para salir de la pobreza”, reflexionó.

“ESE Estado negligente, lento para garantizar lo básico es siempre rápido para castigar a quienes son víctimas de su propia negligencia, en este caso la joven madre. Pero sí, somos un país pro-vida, pro-familia y las mujeres paraguayas son las más gloriosas”, ironizó.