Encuentro Feminista del Paraguay 2013. Foto: Luis Vera

Mujeres, las más violentadas en la lucha por la tierra

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Foto: Luis Vera

La Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri realizó un conversatorio en el marco del 6° Encuentro Feminista del Paraguay con el nombre de “Si no construimos desde el feminismo revolucionario, no será revolución” en un distendido aty jere que tuvo la participación de mujeres y hombres interesados en el debate sobre la construcción del movimiento feminista en el Paraguay. En ese espacio se denunció que las mujeres son las más violentadas en la lucha por la tierra en Paraguay.

Cony Oviedo, quien moderó el encuentro, expresó que, en la lucha por la tierra y los territorios, las mujeres son las que más sufren ya que se constituyen en las primeras víctimas de los agrotóxicos y de las expulsiones perpetradas por el agronegocio. Las mujeres que se quedan en la casa sufren directamente y con mayor fuerza la violencia generada por la ausencia del Estado en las zonas rurales del país.

“Conamuri es una organización de clase, género, etnia, feminista e internacionalista. Nace en 1999 con 300 mujeres campesinas e indígenas que no habían encontrado un espacio de participación real en las organizaciones mixtas y han tenido la necesidad de juntarse para lograr empoderamiento para luchar por los derechos que les fueron negados históricamente. A partir de entonces se ha configurado un hecho que marca la historia de nuestro país al reconocerse como una organización de mujeres de la clase trabajadora. Este proceso no ha sido fácil pero las acciones han demostrado que es un trabajo sostenido que lleva 17 años, cimentado en la soberanía alimentaria y el género como ejes fundamentales”, explicó la facilitadora del encuentro.

“El machismo y el patriarcado son los que sustentan este sistema o modelo tan desigual y que oprime principalmente a las mujeres. Los roles de género impuestos que definen cual será nuestro papel en la vida, enmarcando a la mujer en el ámbito privado y al hombre en el ámbito público, esta concepción se ha ido instalando y negando las capacidades, habilidades y conocimientos de las mujeres. En torno a la división social, económica y política, hemos visto cómo las mujeres se han organizado para romper estas limitaciones. La respuesta siempre ha sido la misma: la violencia, y, por ende, nos encontramos con distintos tipos de violencia, la económica, la psicológica, la física, por citar algunas”, dijo.

Los y las participantes reflexionaron cómo el sistema capitalista oprime más a las mujeres porque ellas son quienes mantienen el sistema, asegurando comida lista, ropa limpia para que el hombre siga siendo explotado al día siguiente, es decir, mediante el trabajo doméstico invisibilizado, que además no recibe remuneración alguna.

 

La lucha por la tierra

 

El contexto de las mujeres rurales es de expulsión de las tierras y territorios, la ausencia del Estado en temas de salud, educación, caminos, mercados para los productos y la instalación violenta del agronegocio envenenando día a día a las familias, a las mujeres que quedan con la tarea de la crianza de sus hijos y el cuidado de la casa.

“A medida que las mujeres nos organizamos para superar los distintos tipos de violencia, avanzamos en el empoderamiento y la emancipación; también en paralelo ha crecido la violencia en todas sus formas y esto es porque hablamos de una disputa de poder. Las mujeres hemos sido destinadas al ámbito privado, un pequeño espacio en lo público pero su empoderamiento trae consigo no solo nuestra liberación, también el de la clase trabajadora porque el feminismo desde su esencia busca la igualdad, entonces al ir construyendo la emancipación vamos construyendo la liberación de nuestros pueblos, de nuestras mentes y nuestros cuerpos como territorios”, explicó Cony Oviedo en el debate.

Las mujeres de Conamuri refirieron a los espacios construidos con sus compañeras al interior de la organización, con organizaciones compañeras dentro del país y a nivel internacional dentro de la CLOC-Vía Campesina, con quienes comparten no solo experiencias de los distintos tipos de violencia que sufren las mujeres, sino también los esfuerzos de construcción de experiencias organizativas que sostengan claramente el objetivo de la construcción popular desde las mujeres.

“Desde el feminismo abordamos esta idea, este sueño, esta utopía donde creemos que nos solo debemos construir un espacio que hable del feminismo popular, sino de un feminismo revolucionario que nos reúna a mujeres campesinas, indígenas y urbanas. Es por esto que desde Conamuri en este momento nos encontramos en un proceso de construcción con compañeras de organizaciones mixtas del campo y la ciudad, donde luego de realizar varias actividades en conjunto como un primer seminario en el 2015 con el lema “Que nuestros sueños sean más grandes que nuestros miedos” y ante el aumento acelerado de violencia donde dos niñas dan a luz cada día, embarazos producto de violaciones y un Estado/sociedad que les niega el derecho al aborto; cada 13 días en promedio una mujer es asesinada en manos de su pareja o ex pareja, el acoso callejero, el acoso laboral, la violencia en los hospitales, las fumigaciones que causan muertes y/o malformaciones por citar solo algunas, por todo esto hemos decido a partir de ese compartir entre mujeres, incluso siendo conscientes de las contradicciones que enfrentamos en nuestros espacios organizativos, lanzar la campaña “Por una Patria Nueva sin violencia hacia las Mujeres y las Niñas””, explicó Oviedo.

 

Sororidad

Las participantes de este espacio dijeron que están en la construcción de un feminismo que represente a todas y una a todas en sororidad, que permita alcanzar la emancipación y para eso el diálogo debe ser extensivo a todas las mujeres primero, tanto del campo como de la ciudad. Indígenas, campesinas y urbanas de la clase trabajadora. El desafío es debatir y crear en ese proceso para superar las situaciones de exclusión, opresión y violencia extrema que se presentan en las sociedades. También en el espacio se puso énfasis en el amor feminista: “El amor feminista, ese de la ronda entre mujeres para conversar de diversas historias, experiencias, esa que está llena de sonrisas y complicidad, esa que a veces está llena de lágrimas pero que son parte del proceso para avanzar, para seguir creciendo, para seguir floreciendo.”

Finalmente, en resumen del encuentro, las mujeres de Conamuri dijeron: “Luchamos por nosotras, por todas y porque nuestra lucha se una a tantas, de rincones de nuestro Paraguay, de Latinoamérica, del mundo. Nuestras fuerzas unidas, nuestros reclamos por vivir en una sociedad donde no tengamos miedo de salir a las calles solas, donde poder garantizar un pedazo de pan a diario a nuestros hijos sea algo que se dé en forma natural y no como fruto de sacrificios inmensos -que a veces no alcanzan-, que podamos vestirnos como nos plazca, que podamos elegir cómo y cuándo queremos salir, que en los hospitales durante el embarazo no seamos maltratadas, que estudiar no sea un privilegio solo para algunos, que nuestras opiniones no necesiten ser repetidas por otros hombres para ser validadas, que ninguna de nosotras tenga una marca más en el cuerpo por ser golpeadas y ninguna sea asesinada. El machismo y el capitalismo deben desaparecer juntos para que todas las mujeres seamos realmente libres, para que se dé una verdadera revolución donde podamos vivir en equidad e igualdad. Mujeres campesinas, indígenas y urbanas por la revolución de nuestras vidas en las calles, en nuestras organizaciones, lugar de trabajo, estudio, en las casas, en el campo y la ciudad por la revolución que arranque de raíz rompa las opresiones y las desigualdades.”

Más informaciones sobre este espacio en DEMOINFO

Fotos: Facebook

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